En poco más de un mes llega Semana Santa y serán numerosas las poblaciones que verán desfilar por sus calles las procesiones. Sin embargo, antes de esta fecha las hermandades deberán comunicar quién desempeña la figura de Delegado de Protección de Datos para evitar problemas de privacidad. Te contamos más sobre el decreto publicado por el Arzobispado de Sevilla en el siguiente post de Conversia.

DPD para evitar problemas de privacidad

El Arzobispado de Sevilla ha publicado un decreto para regular quién debe ejercer como Delegado de Protección de Datos en las hermandades y cofradías de la Archidiócesis. De esta forma, el organismo eclesiástico quiere evitar problemas de privacidad y quiere garantizar la protección de datos de todos los miembros de las cofradías. El Arzobispado ha fijado que debe ser el Fiscal de la junta de gobierno de la organización quien debe actuar como Delegado de Protección de Datos. Asimismo, ha dado de plazo hasta el 15 de marzo para que cada hermandad comunique el nombre de quien asumirá el cargo, junto a un informe sobre su competencia técnica.

El mismo decreto determina que deberán tener Delegado de Protección de Datos los Consejos locales de Hermandades, así como el resto de las asociaciones públicas de fieles erigidas canónicamente en la Archidiócesis de Sevilla, así como las fundaciones canónicas y Cáritas Diocesanas. Será el vicario general, Teodoro León, el encargado de designar como DPD a las distintas personas físicas o jurídicas propuestas.

En este sentido, el Arzobispado exige que en el caso de proponerse a una persona que no posea la competencia profesional y técnica adecuada, la organización deberá contar con una asesoría especializada en materia de protección de datos. Asimismo, en otro decreto, el arzobispo ha designado al vicario general de la Archidiócesis, Teodoro León Muñoz, como Delegado de Protección de Datos de la persona jurídica de la Archidiócesis de Sevilla.

La Confederación Episcopal Española explica las competencias del DPD

Por su parte, la Confederación Episcopal Española ha emitido también un decreto general en el que ha explicado las competencias que deberá tener cualquier Delegado de Protección de Datos dentro de cualquier organización relacionada con la iglesia, con el fin de evitar problemas con la privacidad de los datos personales de sus miembros. Entre estas competencias se encuentran:

  • Informar y asesorar al responsable, al encargado y a las personas empleadas que se ocupen del tratamiento de datos en el ámbito de su respectiva competencia.
  • Supervisar el cumplimiento del decreto general y demás normativa de protección de datos personales aplicable en su respectivo ámbito competencial, así como de las políticas del Responsable o del Encargado del Tratamiento en materia de protección de datos personales, incluida la asignación de responsabilidades, la concienciación y formación del personal que participa en las operaciones de tratamiento, y las auditorías correspondientes.
  • Ofrecer el asesoramiento que le solicite acerca de la evaluación de impacto relativa a la protección de datos y supervisar su aplicación de conformidad con el artículo 35 del decreto general.
  • Cooperar con la autoridad de control a través del Delegado de Protección de Datos de la Conferencia Episcopal, que actuará como punto de contacto de la autoridad de control para cuestiones relativas al tratamiento, incluida la consulta previa a que se refiere el artículo 35, y realizar consultas, en su caso, sobre cualquier otro asunto.

Cumpliendo con el RGPD

El decreto del Arzobispado de Sevilla sobre la obligación de nombrar a un Delegado de Protección de Datos se debe a lo dispuesto por el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), de plena aplicación desde el 25 de mayo de 2018. Concretamente, el artículo 9 del RGPD recoge el tratamiento de categorías especiales de datos personales, entre los que se encontrarían las convicciones religiosas.

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