Después que Alemania prohibiera a Facebook que accediera y guardase los datos de los usuarios de WhatsApp, Reino Unido ha sido el siguiente país europeo en poner freno a la situación y ha anunciado que la empresa de mensajería instantánea no podrá compartir datos con la red social en su territorio.

Ocho semanas tardó la Oficina del Comisionado de Información de Reino Unido para lograr paralizar la transferencia de información personal entre ambos servicios. Según informó el regulador británico de protección de datos “los consumidores se merecen un mayor nivel de información y protección” y ha pedido a las dos compañías que firmen un compromiso para explicar de forma detallada a sus usuarios el uso que le van a dar a sus datos, así como la instauración de una herramienta para garantizar el “control permanente sobre esta información”.

El ente ha emplazado a Facebook a modificar sus términos de uso para garantizar una mayor transparencia y en caso de no hacerlo se enfrenta a una sanción, de la cual no se ha dado a conocer detalle alguno.

Otros países europeos también estudian tomar medidas

A pesar de que Facebook insiste que la política de uso de sus servicios cumple con la normativa vigente sobre protección de datos, Reino Unido y Alemania no son los únicos países que han manifestado su preocupación acerca de la transferencia de información entre ambas empresas. En octubre, la Agencia Española de Protección de Datos también empezó a examinar las comunicaciones de datos personales entre WhatsApp y Facebook, así como los tratamientos que dicha comunicación genera. También se encuentran en la misma situación Alemania e Italia.

Asimismo, la Comisión Europea ha acusado a Facebook de proporcionar información engañosa durante el proceso de compra de WhatsApp en 2014. Si la empresa de Zuckerberg no es capaz de demostrar que no mintió sobre la opción de asociar las cuentas de usuario de ambos servicios, se podría enfrentar a una multa de hasta un 1% de sus ingresos anuales.

A medianos de 2014, Facebook compró WhatsApp y ambas compañías anunciaron que serían independientes y que no había intención ni era posible que se estableciera una asociación automatizada entre los dos servicios ni se intercambiaran datos. Un par de años después, WhatsApp anunciaba a sus clientes los nuevos términos de uso de la plataforma en los que informaba del cruce de datos con Facebook. El servicio de mensajería daba a sus usuarios 30 días para aceptarlos, de no hacerlo se daba por entendido que estaban de acuerdo y si especificaban que no querían, representaba darse de baja del servicio.