Google tendrá que pagar una multa de casi 400 millones de dólares por haber estado recopilando información de los usuarios sobre su ubicación, relacionada con la configuración de la cuenta, sin su autorización.
Según un comunicado de la fiscalía general de Connecticut, Google acumuló datos sobre la localización de los consumidores sin que ellos tuvieran conocimiento. La fiscalía considera “inaceptable” esta práctica y señala que “es una invasión de la privacidad del consumidor con la que se viola la ley estatal”. Asimismo, añadió que “los datos de ubicación están entre la información más sensible y valiosa que recopila Google” y que “las personas necesitan más control sobre cómo se utilizan sus datos”. A través de la información recopilada, el gigante tecnológico crea perfiles detallados para mostrar anuncios publicitarios personalizados a cada usuario según las rutinas que registra.
Práctica mantenida durante años
La investigación arrancó en 2018 después de que la agencia estadounidense AP revelara que Google continuaba registrando los movimientos de los usuarios, incluso después de que estos le pidieran explícitamente que dejara de hacerlo.
Ahora, la investigación ha determinado que «Google violó las leyes estatales de protección al consumidor al engañar a los consumidores sobre sus prácticas de rastreo de ubicación desde al menos 2014».
Google ha aceptado el pago de la sanción impuesta para evitar que el caso llegue a juicio. Además, se ha comprometido a ser más transparente sobre el seguimiento de la ubicación de los usuarios. Así, Google deberá mostrar información adicional a los usuarios siempre que activen o desactiven una configuración de cuenta relacionada con la ubicación. También deberá ser transparente con la información sobre el seguimiento, proporcionando explicaciones a través de una web sobre los tipos de datos de ubicación que recopila y cómo se utilizan.
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