En junio de 2016 saltó la alarma relativa a que Estados Unidos valoraba revisar los perfiles de las redes sociales de los extranjeros y turistas que quisieran visitar el país. Medio año después, el 19 de diciembre, la sospecha sobre esta medida, que ponía en riesgo la privacidad de los viajeros, se convirtió en realidad: el gobierno empezó a pedir el consentimiento a las personas que entraban al país para que sus perfiles en redes sociales pudieran ser comprobados por las autoridades.
¿Es legal pedir consentimiento contra la privacidad de forma voluntaria?
De momento, la medida de control se ha establecido como voluntaria, pero muchos expertos aseguran que, viendo los antecedentes y los niveles de control establecidos en el país, dentro de un tiempo esta medida podría ser obligatoria para todos. Además, se añade el temor a que otros países también tomen la misma medida imitando a la gran potencia americana.
Con esta decisión, Estados Unidos pretende detectar a visitantes que puedan tener vínculos con grupos terroristas, o puedan representar un peligro para la nación. Este trámite es para aquellos viajeros que no requieren visado para entrar, sino que viajan con la “Visa Waiver” o también conocida como ESTA. Se trata de un sistema automatizado que permite que el viajero pida online la solicitud de entrada a Estados Unidos, actualmente de validez para viajeros de 38 países.
El formulario de la “Visa Waiver o ESTA”
Hasta el momento, en el formulario para pedir el citado permiso se requerían los datos personales, número de pasaporte, lugar dónde se alojará el viajero… además de preguntas referentes a la seguridad del estado, como por ejemplo “¿busca participar o alguna vez ha participado en actividades terroristas, espionaje, sabotaje o genocidio?”. Con esta reforma se ha incluido un desplegable en el que se solicita que el viajero incluya los nombres de usuarios con los que está registrado en las redes sociales.
Críticas acerca de la vulneración de la privacidad y la seguridad
La Internet Association, que representa a compañías como Facebook, Google o Twitter, ya ha mostrado su queja sobre esta medida ya que la consideran una amenaza al derecho a la libertad de expresión, a la privacidad y a la seguridad. Algunos expertos señalan que, a pesar que responder a estas preguntas es de carácter voluntario, muchos de los viajeros preferirán dar el consentimiento para no tener que lidiar con la posibilidad de someterse a preguntas adicionales por parte de los agentes de inmigración.
Asimismo, los críticos también han apuntado que el gobierno estadounidense no ha explicado de qué modo se tratarán los datos ni la información recopilada, teniendo en cuenta que la jurisprudencia de Estados Unidos es diferente a la de los países de origen de los viajeros.
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