Las redes sociales y los móviles se han convertido en un camino de arena sobre el que vamos dejando huellas fáciles de seguir.

Cada vez son más aquellas empresas que contratan servicios de investigación privado, para investigar bajas laborales fraudulentas. No llevan gabardina, ni una lupa, ni un periódico con agujeros para los ojos. Gran parte de su labor es trabajo de oficina, rastreando en internet la persona investigada. Y cada vez resulta más fácil obtener información gracias a las redes sociales y los móviles.

Visibles a través de nuestros teléfonos móviles

Si hablamos de investigaciones ordenadas por el Cuerpo de Seguridad del Estado, localizarnos o seguirnos resulta tarea sencilla. Sólo con llevar el móvil encendido en el bolsillo es suficiente para localizar a alguien. Y, según en qué casos, también es posible con él apagado. Además, este tipo de rastreo no precisa autorización judicial. Pero si cuentan con ella, pueden rastrear todos nuestros datos con solo solicitarlo a nuestra compañía de teléfonos o haciendo lo propio a través de las redes sociales.

Si, por el contrario, alguien ajeno a la Policía o a los Servicios de Inteligencia decide espiarnos, la respuesta es que, sin violar ninguna ley, también resulta sencillo dar con nuestros pasos y vigilarnos.

Un detective privado no tiene ningún privilegio legal para poder investigar a alguien. Se somete a la misma legislación que cualquier ciudadano, con lo que no se le permite intervenir un teléfono o hackear una cuenta. Aun así, a través de las redes sociales y el móvil logran la mitad de sus objetivos. En definitiva: si cualquier persona puede ver el contenido, ellos también.

A pesar de estas limitaciones los investigadores particulares suelen dejar casi resueltos sus casos solo con seguir nuestra huella digital. Somos permanentemente visibles a través de nuestros móviles y a través de cada conexión a internet. Así, es más o menos fácil seguir en tiempo real a una persona.

Los detalles en las redes sociales nos delatan

Saúl Pérez, director de una de las agencias de detectives privados de Madrid, asegura que “esconderse, evitar dejar rastros, es hoy en día realmente complicado. Aunque tú te des de baja en todas las redes sociales, siempre va a haber un amigo, familiar o conocido que te pueda mencionar o hacer alguna referencia, en alguna red social.”

Eso es lo que sucedió hace unos meses. Tuvieron que investigar a una trabajadora de una empresa que llevaba varios meses de baja laboral por una lesión lumbar, que la incapacitaba para trabajar. Después de bucear un poco en las redes sociales, encontraron, en la cuenta de una amiga de la investigada, una foto en la que salía corriendo una media maratón.

Cualquier detalle es significativo a la hora de buscar indicios: si te has conectado a Whatsapp, una foto de perfil en la que se aprecie algo de fondo, un comentario en el perfil de algún amigo, etc.

Asimismo, todas las investigaciones que un detective privado realice deben tener un interés legítimo, según un tribunal. No se puede investigar a una persona por el mero hecho de caerte mal. Cada investigación que realicen debe quedar registrada, ya que cada cierto tiempo la Policía supervisa el trabajo realizado por las agencias de detectives.